VII
Esa mañana cálida en la asamblea, él
les dijo:
En ese preciso momento una joven del auditorio, se le acercó y le dijo:
- “Maestro, enséñame”.
Él solo le dijo: "acompáñame entonces".
- "Muchas veces, bastantes veces, le
echamos la culpa al pasado, a lo que fuimos, a lo
que nos hicieron, a lo que queríamos,
a los que nos dejaron de lado, echándole
la culpa
siempre y todas las veces a los demás o a los que estában o estuvieron a nuestro
lado.
Y, todas esas veces
perdemos de vista; que el eje principal solamente somos nosotros
mismos.
Eso nos pasa
porque no queremos asumir nuestras responsabilidades en nuestras
vidas.
Asumir mis vidas
me implica el asumir mis aciertos y los no aciertos.
Y, tengamos en cuenta que los mal llamados errores,
solamente son las frustraciones
de quienes nos rodean y no saben aceptar las realidades
presentes".
Luego se retiró pensativo.
En ese preciso momento una joven del auditorio, se le acercó y le dijo:
- “Maestro, enséñame”.
Él solo le dijo: "acompáñame entonces".
-del libro PENSARES II
Autor ©Rafa’s-
20/02/2024
Muy bueno, GRACIAS.
ResponderEliminarGracias por tú comentario.
EliminarLos aciertos y errores, la cresta y el seno de la ola. Lo que te encuentras al navegar por la vida. La fortuna es la de tener un buen maestro que nos ayude a mantener un buen rumbo.
ResponderEliminarEn la mirada retrospectiva, deberíamos pensar que no hay mejor maestro que conocer cuáles fueron nuestros errores y aprender de ello. Un abrazo 🤗
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