CUENTO.
“Cuenta la historia que en el
mundo de la nada, nada había y como no
había nada, nada podía salir.
Un día a esa nada se le
agregaron sentimientos, y los sentimientos fueron acampando a su libre albedrío
entre los habitantes de dicho mundo y entre ellos comenzaron a convivir, los
habitantes los sentían, unos de una forma otros de otra, pero todos sentían
algo distinto dentro de si.
De repente y según iban
pasando los días, se les dio a los habitantes las voluntades y todo surgía de
la nada y en la nada convivían.
Pasado el tiempo y con la
convivencia entre las voluntades y los sentimientos surgieron grandes desavenencias y las voluntades como
si de la nada se tratara desaparecieron
y solo quedaron los sentimientos que los habitantes usaron a su antojo”.
Espero que el cuento os haya
gustado o cuando al menos os haya dejado dudas o curiosidades, lo más
importante es que no os haya dejado impasivos.
Pero fijaros, ¿Cómo empieza
el cuento?:
“en el mundo de la nada, nada había y como no había nada,
nada podía salir”.
Efectivamente, nada había y
nada se puede sacar; y, sin embargo seguro querido lector que habrás sacado
dudas o cuando menos algo de interés por los habitantes de este mundo curioso.
Muchas veces a lo largo de
nuestras vidas nos cuentan cuentos, muchos cuentos que no tienen ni principio
ni final, pero como lectores de la vida lo leemos y asumimos, y hasta nos lo creemos la mayoría de las
veces y eso pasa con los sentimientos, voluntades, acciones, etc…
Que nos trasladan a lugares,
situaciones, nos manejan y nos ponen en duda, es lo normal a lo largo de
nuestras vidas.
Lo bueno es poder darse
cuenta de ello y dejar de estar en la nada y de ser nada. Para ser quienes
tomemos la palabra en nuestras decisiones y acciones.
Y acordémonos, que los cuentos
(cuente, quien nos lo cuente); cuentos son.
Y vengan de donde vengan, a
ninguna parte van.
“Si persigues dos conejos, ambos escaparán.”
-Anónimo-.
-del libro "COMENZAR EL CAMINO" pag. 74
autor ©Rafa’s-
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