Y, TÚ ¿CUÁNTO PAGARÍAS?.

 



Alguien preguntó una vez; ¿Cuánto pagarías por un abrazo?.
Y, a primera vista resulta rara la pregunta.
 
Uno se apresuró a decir: “¡Cómo! ¿cuánto pagar?”. “Eso se da gratis”, respondió rápidamente otro. Alguno más se unió a la conversación y dijo “¡abrazar!, eso no, que se puede contagiar cosas”.
 
Y  así los presentes se enzarzaron en una discusión que cuanto más cerca estaban de una solución, más se alejaban de la misma y decían “abrazar es de niños”, otro apunto “¡eso, esta pasado de moda!”, y además “las nuevas leyes, no dejan acercarnos”. “¡Vaya planteamiento más estúpido!” salto otro; que ya no sabia si era otro u otra ante la algarabía que se montó por los convocados.
 
Y, cuanto más tiempo pasaba, más se alteraban y más agitaban sus puños amenazadores unos contra otros, “No es verdad, el abrazo es importante”
 Y entrecruzaban sus brazos, como protestas entre unos y otros ….
 
 
Entre la algarabía de ideas y en la discusión reinante, de repente se abrió la sala y entró un anciano de la mano de un niño y acercándose al centro dijo: “para quien quiera, regalo vida, con mi abrazo”.
Y el niño dijo: “Abuelo, ¿verdad que a veces más que abrazarnos, con respetarnos nos basta?”.
 
 
 

Comentarios

  1. Buena reflexión, me gusta

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  2. Respeto por desgracia brilla por su ausencia ...

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  3. Pues a mí me gusta besar y abrazar, en muchas ocasiones es síntoma de respeto

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  4. Un abrazo de los de verdad, de esos que duran y son apretados y sentidos, une, alivia, estremece, aflora los sentimientos y simboliza cariño y respeto.

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