AUTOCOMPASIÓN.
Le
preguntaron un día: “Maestro, ¿Cuándo somos felices?”.
Les respondió: “cuando dejamos de pensar en uno mismo, para pensar en si
mismo”.
Alguien, más alejado le dijo: “Si, ¿Pero no es lo mismo?".
Él, se levanto y dijo: “Cuando me levanto y lo primero que veo son mis pies
pienso en mi mismo, me centro en mis defectos y necesidades.
Les respondió: “cuando dejamos de pensar en uno mismo, para pensar en si
mismo”.
Alguien, más alejado le dijo: “Si, ¿Pero no es lo mismo?".
Él, se levanto y dijo: “Cuando me levanto y lo primero que veo son mis pies
pienso en mi mismo, me centro en mis defectos y necesidades.
Pero si me levanto
y veo el horizonte observo el camino que debo andar”.
Guardo un rato de silencio y continuó hablando:
“No es lo mismo ver y recrearme en mis defectos, embriagarme de mi
egoísmo, de mi persona; que observar a quienes están conmigo y disfrutar,
avanzar y aprender con ellos.
No hay peor soledad, que la autocompasión y la autoinculpación. Sabernos,
-mejor dicho considerarnos- y tenernos como únicos sufridores. Estando en
la autoflagelación continua de nuestras desgracias, nos impide ver las
etapas y fases de nuestras vidas y por ello repetiremos las pautas, haciendo
como el Tao que no crece y se encierra en si mismo.
Sabernos prescindibles, sabernos conocedores y discípulos, sabernos
conscientes e inconscientes, nos da la perspectiva. Mientras que si nos
encerramos en el circulo de la nada, nada seremos”.
Guardo un rato de silencio y continuó hablando:
“No es lo mismo ver y recrearme en mis defectos, embriagarme de mi
egoísmo, de mi persona; que observar a quienes están conmigo y disfrutar,
avanzar y aprender con ellos.
No hay peor soledad, que la autocompasión y la autoinculpación. Sabernos,
-mejor dicho considerarnos- y tenernos como únicos sufridores. Estando en
la autoflagelación continua de nuestras desgracias, nos impide ver las
etapas y fases de nuestras vidas y por ello repetiremos las pautas, haciendo
como el Tao que no crece y se encierra en si mismo.
Sabernos prescindibles, sabernos conocedores y discípulos, sabernos
conscientes e inconscientes, nos da la perspectiva. Mientras que si nos
encerramos en el circulo de la nada, nada seremos”.
Luego,
comenzó andar y continuó avanzando.
Interesante reflexion.
ResponderEliminarGracias por tu comentario
Eliminar¿Cómo puedes ser feliz cuando te centras en si mismo si encerrarte en si mismo no te deja crecer o te centras en tus propios defectos? Lo sorry, mi no entender.
ResponderEliminarSi estamos pendientes y de los otros de “¿Cómo les caeré?, ¿les seré simpático?, ¿me verán guapo?, ¿podré agradarles?, …..y así un sinfín de etc. En el fondo te estás olvidando de lo mas importante de tú vida; que simple y llanamente eres TÚ. ¡¡VIVETE!!
EliminarUna reflexión muy interesante
ResponderEliminar